lunes, 1 de mayo de 2017

Alcoba 39 - Amenaza 44

El 16, camino de Balaídos
Ya tenía casi olvidada esa sensación de tensión, de desasosiego, de incertidumbre. Esa duda que te corroe, que asalta tu interior y que relega al resto de preocupaciones a un segundo plano. Esa impotencia de saber que el destino no está en tus manos, sino que depende de los designios de unos supuestos dioses y otros personajes endiosados.

Como ya habréis adivinado, tocaba jugar en Balaídos y estaba lloviendo. No demasiado, la verdad, pero lo suficiente como para estar inquieto. Pero hubo suerte: ya desde fuera se escuchaba la bocina y al entrar el bote del balón. Equipos jugando en las dos pistas y parece que sin mayor novedad. Siempre y cuando esquivases los papeles de periódico que había en un lateral del medio campo para empapar las goteras, claro.

La otra gran duda, porque en  este equipo no sabes quien va a venir a hasta que los ves entrar, se me fue disipando al ver entrar a Xan, Marco, Camilo, Caki, Pablo, Javi y Óscar. Vaya mimbres para un cesto. Un poco menos tranquilizador lo que había al otro lado de la cancha: diez jugadores de Alcoba. Superados en número y tamaño, sabíamos que iba a tocar sufrir.

Y vaya si sufrimos. Empezamos todos muy fríos. Bueno, todos menos Camilo, que se ve que tenía bujías nuevas y empezó a tirar del carro con un un par de buenos tiros y penetraciones. No se pueden decir muchas cosas buenas de nuestro ataque en la primera parte: tiros cómodos fallados, balones que se paseaban por el aro para acabar saliéndose, mala selección ...

Puntos de Amenaza en la primera parte
La alternancia de su defensa entre invididual y zona no ayudaba demasiado, porque en individual no éramos capaces de buscar las ventajas y en zona cuando lo fallas todo desde fuera hay poco que hacer. Y claro, con la diferencia de tamaño el rebote solía caer de su lado. Resultado: 15 pírricos puntos por nuestra parte.

Nos salvó un poco que en defensa sí estuvimos activos: haciendo ayudas, cerrando el rebote y sin permitir contraataques. Si le añadimos que tampoco estaban muy acertados con el tiro, su marcador se quedó en 21, lo cual no era del todo mala noticia.

Ya nos avisó Caki de que quedaba mucho partido, y salimos dispuestos a pelear hasta el final. Óscar salió como un tigre, metió cuatro puntos seguidos con esa media vuelta que tantas alegrías nos da y nos enseñó la luz al final del túnel. Pero aún quedaba túnel y túnel que recorrer: nos fuimos acercando un poco a base de algún tirito más afinado y sobre todo una mejor defensa de sus jugadas ensayadas, pero nos seguía costando anotar de fuera y el rebote seguía siendo suyo.

El melón de Xan
Hasta que Xan abrió el melón del tiro exterior y con un triple nos dió el empujón que nos faltaba. Pablo se sumó a la fiesta y Javi empezó con sus tiros de media distancia. En defensa, tiramos de piernas para presionar la subida del balón y la línea exterior. Y con esto remontamos. Las diferencias eran mínimas, y de hecho a falta de pocos minutos tuvieron un triple para empatar que se coqueteó con el aro para acabar saliendo.

Un par de buenos rebotes hicieron que no tuviesen segundas oportunidades de tiro, y en los últimos minutos, cuando las faltas nos llevaron a los tiros libres, un poco de acierto que, sin ser nada espectacular, nos permitió llegar al final cinco arriba.

Victoria trabajada, que por momentos se vio muy lejos, pero que llegó de la mano de la constancia en defensa y un poquito de suerte en los momentos clave. Cervecita merecida, enhorabuena al Amfiv y al Iberostar, y a prepararse para la siguiente

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