martes, 28 de marzo de 2017

UVigo Basket 41 - Amenaza 43

Como seguro que hay alguno que negará conocer la canción, os dejo el  vídeo original para documentaros y entender lo que viene a continuación.


Aunque realmente la versión buena es ésta


Y ésta es la letra que deberíais de cantar:

Sí, ya llevo un rato mirando el guasap
Parece que hay partido hoy
Ya vi que en el recuento no estamos más de tres
Dime dónde es a ver si voy

Se ve que lo de este equipo no es medio normal
Voy a hacer la bolsa y tiro p'allá
A ver si no está mojado Balaídos
Veo que hay otros tres (y menos mal)
A ver si en un rato van llegando más
Porque ya están 12 en el otro equipo

Despacito
Quiero calentar el cuerpo despacito
Y poder echar primero algún tirito
Antes de que empiece a defender UVigo
Despacito
Vamos a jugar que ya juntamos cinco
Se lanza el balón y Rubén pega un brinco
Y en medio minuto todos calentitos

Venga, que no defendemos
Que alguien pegue un grito
Con una defensa en zona
taponaremos sus tiros
Y en ataque quiero a todos bien abiertitos
para buscar algún hueco
y meter algún puntito

Si pido bola dámela
¿A qué estás esperando?
Tienes que intentarlo
¡Es que están presionando!
Tú ya sabes que el balón conmigo hace bom, bom
Sabes que ya tengo ganada ya la posición, ción
Ven hazme un bloqueo a ver si te sale
Quiero penetrar y hacer un "falta y vale"
Juguemos con calma que queda mucho lance
Sin lanzarnos a lo salvaje

Puntito a puntito suave suavecito
vamos remontando poquito a poquito
Cuando defendemos con brazos en alto
Podemos coger el rebote de un salto
Puntito a puntito suave suavecito
vamos empatando poquito a poquito
Y es que los minutos pesan en las piernas
Pero ya sabemos jugar con cabeza

Despacito
Subiremos el balón muy despacito
Buscaremos meter el balón al pívot
Y luego cortar para meter puntitos
Despacito
Buscaremos cuatros pases bien seguidos
Así podremos seleccionar el tiro
Meterla limpia y de tres puntitos

Quiero defender a muerte
Quiero oir sus gritos
Y si se ponen en zona
Ganarles a triplazo limpio
Déjame jugar al poste, tirar un ganchito
Hazme un bloqueo ciego
Y al rebote, que yo tiro
Despacito
Vamos a jugar bien y a ganar a UVigo
Aguantar hasta el último minutito
Y defender bien ese último tiro

Puntito a puntito, suave suavecito
Les vamos ganando, poquito a poquito
Ahora toca echar el resto
Hasta oír el pitido
Puntito a puntito, suave suavecito
Les hemos ganado este partido
Puede que seamos pocos
¡pero Amenaza gana a Uvigo!
Despacito

Y ahora en prosa. Tocaba pelearse contra el líder indiscutible de la liga. Después de veinte jornadas, sólo dos derrotas. Vale que una de ellas fue contra nosotros, pero todos sabíamos que la cosa se iba a poner muy complicada.

Como siempre, una parte importante de la victoria se iba a fraguar en la capacidad de convocatoria. Marco el jueves afirmó que estaríamos todos menos uno. Supongo que antes de entrenar se pasó por San Pepe a tomarse media botella de licor café porque la realidad parecía distinta: que si estoy de viaje (dando envidia), que si me duele el tobillo, que si me duele el cuello, que si me ha arrollado un Vitrasa (¡un Vitrasa!).

Típico recuento de Amenaza
Reconozco que me encaminé a Balaídos sin tener claro si íbamos a ser cinco, pero con este equipo es un dato que sólo se sabe cuando el árbitro pita el inicio. Me despedí de Marcos (en la cancha no hay amigos) y mientras se diluía en un nutrido grupo de universitarios, yo me uní a Marco y Pabletovic, que ya estaban calentando. ¿Mi primera idea? Ir a buscar una camiseta para Emma, que ya llevaba el balón en las manos con desparpajo.

Al ratito llegaron Kaki, Ángel y Rubén. Ya estábamos para jugar. Coki amenazaba con llegar a tiempo pero no pudo ser. Una hora antes del partido estaba aún entrando en Vigo (suponemos que a nado desde Cíes, y por eso no llegó). El primer intento de rueda no pudo ser porque sólo éramos cuatro, mientras que del lado de UVigo había más gente que en la guerra. Todos perfectamente uniformados. Nosotros, más variopintos. Aquello parecía el Dream Team contra Angola. Y no, no éramos precisamente el Dream Team. Rubén me puso la mano en el hombro y me dijo: "esto no lo ganamos de 20 ni de coña".


Pero todos sabíamos que en cancha sólo puede haber cinco, así que nos lanzamos sin miedo. En la discusión técnica inicial, decidimos comenzar una zona 3-2 para controlar su perímetro. Bueno, técnicamente una 3-2 con pivot vago no balanceada. Y no sé muy bien aún por qué se desechó mi propuesta de cajón cubano. Soy un incomprendido.

Saltamos a la cancha muy fríos, muy parados. Ellos también. Esas situaciones se nos dan bien, así que nos adelantamos en el marcador un poco en los primeros minutos. Un grito de Óscar desde su banquillo ("¡Que ya ha empezado el partido!") nos puso un poco las pilas a todos. Bajamos el culo en defensa y aguantamos bien.

Amenaza, atacando una individual
En la otra canasta, aplicamos lo que parecía lógico: como hay defensa individual, pues hacemos ataques individuales. Cada uno la guerra por su cuenta. No se puede decir que fuese un partido vistoso. El marcador, pírrico. El que quiera espectáculo, que se vaya al circo: esto es UVigo-Amenaza.

Bajando a defender, por el rabillo del ojo vi llegar a Nando (que pensaba que jugábamos el domingo). Toda una alegría. Sobre todo porque las rotaciones de UVigo llegaban frescas y nos hacían daño. Íbamos perdiendo poco a poco, sin grandes diferencias, 5 o 6 como máximo creo recordar. En los tiempos muertos, la misma consigna una y otra vez: "Con calma, que el partido es muy largo".

Una última jugaba embarullada acabó con el reloj a cero. Pero se recuperaron dos segundos por decisión arbitral y, tras un tiempo muerto de estrategia para sacarle el balón a Pabletovic, realmente acabó en manos de Rubén para un 2+1 (vale, el uno no entró, pero en dos segundos tiene mérito).

Entre esa jugada y la primera de la segunda parte, con canasta rápida de Ángel tras el salto inicial, ya estábamos ahí otra vez. Empezaba un partido nuevo. Y era muy largo.

Marco, en el poste bajo
La segunda parte fue un poco más de lo mismo. La defensa pegajosa de Guime a Caki nos obligaba a subidas atípicas de balón que nos ocasionaron alguna pérdida. Es lo que pasa por poner a subir el balón al primero que pasa por allí. La subí yo varias veces, alguna hasta Rubén. ¿Y nuestro escolta? ¡Ganando el poste bajo! Ahí estaba Marco, jugando al poste bajo, cogiendo su propio rebote y encestando.

Lo dicho, cada uno a su guerra. Los choques entre Rubén y Del Río generaban ondas gravitacionales, pero no éramos capaces de meterle balones. Intentamos circular un poco más el balón, pero faltaba fluidez y todo se decidía en acciones individuales.

En un momento dado Guime debió de pensar que ya estaba bien, y en tres acciones seguidas nos dejaron seis abajo. Hubo tiempo muerto. Tocaba defender en serio, y no con la mirada. Y parece que funcionó. Empezamos a cerrar mejor los huecos y se cerró el grifo de los puntos. Cambiamos la defensa a 2-3 por orden de Rubén (esto de los pívots organizadores de defensas está de moda). En ataque, las penetraciones de Caki, Pableto y Ángel, junto con los rebotes y 2+1 de Rubén nos permitieron recortar.

Mención aparte merecen las parrafadas de Pableto con el colegiado, que si fue un error modificar el artículo 47.b en el reglamento de 1972, que si era más efectiva la parábola o el paraboloide al tirar los tiros libres. Vaya debates. Se rumorea que luego quedaron para cenar y ver el vídeo de las mejores jugadas. Jugadas, por cierto, que llevaba tiempo sin ver, como una falta de tiempo al tirar libres o una falta de saque por pisar la línea. Tocaba mantener la cabeza fría.

El reloj de posesión, Nando style
Y la mantuvimos. En los últimos minutos tuvieron un par de acciones precipitadas, pudimos robar algún balón y un par de penetraciones nos permitieron llegar dos arriba a los últimos segundos. Tiempo muerto. El reloj marca 9:72. Organizamos la defensa. Sin fisuras. Serios. Impertérritos. Nando toma la palabra: "quedan 9 minutos, pedimos cambios para descansar". Un segundo de incredulidad y luego carcajada. Y saltamos a la cancha. Descojonados. Ese es el espíritu de Amenaza. Cerramos bien los pases, apretamos las piernas y obligamos a un tiro forzado. No entra y cogemos el rebote largo. Balón largo y fin del partido.

Aprovecho para felicitar al casi seguro campeón. Campeón con justicia y autoridad. Sólo tres derrotas. Eso sí, dos con Amenaza. Así somos.


domingo, 19 de marzo de 2017

Amenaza 51 - Neo Geo 45

  • Otro: ¿qué vas a hacer esta tarde?
  • Yo: tengo partido con Amenaza
  • Otro: ¿con quién jugáis?
  • Yo: con Neo Geo, último partido de la segunda vuelta
  • Otro: ¿pero no empezasteis ayer la tercera?
  • Yo: sí, bueno, es una jornada doble
  • Otro: ¿el día del padre?
  • Yo: sí, bueno, cuadró así
  • Otro: pero el finde pasado sólo jugasteis uno ...
  • Yo: ¡calla coño! Esto es Vigo en Xogo. Si quieres jugar juegas y si no, pues a tu casa
  • Otro: vale, no te pongas así, ¿quienes vais?
  • Yo: pues imagino que Marco, Xan, Javi, Pableto, Coki y yo. Aunque puede que al final aparezca Caki y se vaya en el descanso, y que Rubén llegue a mediados de la primera parte, y que Ángel llegue en el descanso, y que Pablo se pase a darnos ánimos.
  • Otro: pues vaya ...
  • Yo: ¡esto es Amenaza! Si quieres te recuentas y si no ... pues no.



Y con este panorama nos plantamos en Navia. Vaya lujazo de pabellón. Nuevecito, moderno, parquet con amortiguación, vestuarios amplios. Como único pero, lo de las duchas a media luz: aunque se agradece el ambiente íntimo, recoger el gel provoca cierta intranquilidad.

Mención aparte para nuestra afición incondicional. No hay nada más alentador que oír un aplauso desde la grada cuando haces algo que merece mínimamente la pena, o cuando el rival falla, claro.

Pero vamos al partido. Empezó sin pena ni gloria, con los dos equipos un poco fríos, quizás nosotros un poco más entonados, pero con baja efectividad en general. Un par de buenas jugadas, tiro libre a tablero incluido, hizo que fuésemos un poquito por delante, pero con rentas cortas. Circulábamos el balón con fluidez pero sin peligro, lo que les permitía defensas cómodas y contraataques tras rebotes defensivos. De nuevo, nos manteníamos, pero con un puntito de intensidad por debajo del rival, y eso no suele acabar en nada bueno. Dos tiros libres de Caki con el tiempo finalizado nos llevaron al descanso uno o dos arriba, pero la verdad es que el partido aún estaba por jugar.

Y no empezó nada bien. Nuestra defensa empezó a hacer aguas, sobre todo por la parte exterior, y permitimos muchos tiros cómodos. Pero los tiros cómodos hay que meterlos, y ellos mostraron un acierto impresionante. No las conté, pero creo que llegaron a ocho tiros seguidos sin fallo, entre triples y tiros de cinco metros y eso, por muy sólo que estés, tiene mucho mérito.

Nosotros seguíamos anotando, triples de Pableto incluidos, pero nos costaba un mundo. Hubo una jugada de seis tiros para dos puntos: cuatro de campo, con sus rebotes correspondientes y dos tiros libres. Agotador. Y así se nos fueron en el marcador mientras los gritos del banquillo se mezclaban con la desesperación en la cancha. En el tiempo muerto surgen todo tipo de alternativas defensivas, pero la conclusión final es que es "cuestión de llegar"

Javi, organizando la defensa
La cuarta de Rubén lo obliga a sentarse. La cuarta falta, se entiende. Al salir al campo, veo a Javi nervioso en defensa. Está inquieto. Por el rabillo del ojo veo que que intenta cambiar a 2-1-2 por su cuenta, pero tampoco le convence. Y entonces le da por gritar: "¡Cada uno al suyo!" y todos nos buscamos alguien a quien defender. Si no le gustaba al que escogías, volvía a gritar: "¡A ese no, al otro!". Reconozco que pensé en mandarlo al cuerno, que dejase de jugar a la Play usándonos de mando, pero me di cuenta de que estaba funcionando, así que callé la boca y me dediqué a seguir con aquella Javi-defensa 2-3-2-individual-posicional con ajustes.

Marco, buscando opciones
Los demás también debieron de pensar lo mismo, y aquello empezó a carburar. Los tiros cómodos pasaron a ser buenas penetraciones, pero ahí estaban nuestros big boys para estorbar y la mayoría acabaron con el balón en nuestras manos. Y comenzó la remontada. Con la defensa recuperada, el ataque era más sencillo y hubo atisbos curiosos, como el de Marco peleando en la pintura, capturando su rebote y, al verse como Piolín en Space Jam, sacándola para un gancho a tablero de esos que comen la moral.

Y llegamos apretados. Muy apretados. Todos teníamos hambre de ganar y nadie bajó los brazos. Pero Pableto los levantó más alto que los demás y sin dudar un instante desde el 6.75 dio la puntilla al partido. Rubén hacía la ola mientras aún seguía farfullando: "si no le toqué". Y así ganamos un partido que, de nuevo, podríamos haber perdido justamente pero que también merecimos ganar.

Jornada doble más que productiva, que nos da cierta tranquilidad para seguir haciendo lo que sabemos hacer realmente bien.

  • Otro: ¿Jugar a baloncesto?
  • Yo: No, coño, divertirnos

Centolos 48 - Amenaza 50

Y comienza la tercera y definitiva vuelta. Hace un tiempo espléndido, y ya podemos ir a jugar tranquilamente a Balaídos. Uy no, perdón, que jugamos en el Berbés. Me he equivocado. No volverá a ocurrir.

Amenaza, haciendo recuento para un partido
El quórum para mí es siempre una sorpresa: que si recuento para el partido, que si recuento para las cañas, que si yo podía el sábado y ahora puedo el domingo, el otro puede ir a la primera parte, el de mas allá puede jugar los minutos impares. Y esta vez fue una sorpresa agradable: ¡nueve fantasmas!, ¡nueve!. Como si regalaran algo, allí estaban Xan, Marco, Caki, Pablo, Coki, Nando, Óscar, Rubén y yo.

Del otro lado, a cuentagotas, llegaron siete Centolos con pinta de aguerridos. Y las apariencias no siempre engañan. Siendo locales, y con su clásico rojo de los Bulls, tuvimos que lucir nuestra segunda equipación, más conocida como Amenaza Fashion Week: un verde ¿pistacho? ya descatalogado que obligó a los espíritus libres (Nando y yo) a jugar marcando tendencia colores fosforescentes y tejidos apretados.

Y tras los correspondientes preliminares, comenzó el partido. Bueno, es una forma de hablar, porque los dos primeros minutos fueron dignos del Tricicle, por unos y por otros: balones que se quedan atrás, tiros que no tocan nada, carreras sin sentido. En algún momento recordamos para que servía el balón, y empezamos a jugar como sólo nosotros sabemos: Rubén-Sistema. Y no porque fuéramos capaces de meterle buenos balones, no, sino más bien porque los cogía él después de nuestros tiros que no tocaban aro o nuestras penetraciones de uno contra todos. Pero funcionó, y nos pusimos 2-12.

Fases del juego de Amenaza. Descripción gráfica
Pero los de Centolos, que llevaban unos minutos irreconocibles, también recordaron cómo se jugaba y subieron la intensidad, corriendo al contraataque y subiendo líneas en defensa. El resultado: canastas fáciles y balones robados. Nuestra ventaja dilapidada. Esta película ya me la he visto.

Y vale que físicamente no estamos para tirar cohetes, pero el problema es actitud: es olvidarse de que tras un ataque fallido hay que empezar la defensa, y no esperar unos segunditos, porque en esos segunditos un contrario corriendo ya te la ha metido. En todos los sentidos.

Y llegamos al descanso igualaditos con tiro de Kaki sobre la bocina. Descanso y arenga. ¡Vamos chicos! No sabría decir si fue el descanso o la arenga, pero el caso es que volvimos a carburar un poco: Rubén siguió a lo suyo, Pablo se marcó algún triple, Óscar volvió por sus fueros ... y empezamos a divertirnos un poco, a coger cierta ventaja (6 u 8 puntitos, creo).

Nos vimos bien ... y vuelta la burra al trigo: bajamos un puntito de intensidad, ellos vuelven a correr y a defender y vuelven a empatar. Y a ponerse por delante. Y a meternos el miedo en el cuerpo. Ruben nos quita el miedo de un grito: "¿les tenéis miedo o que?". Que no es miedo, hombre, es respeto.

Coki, en pleno contraataque
Llegamos al final pegaditos como lapas, con una ligera ventaja e intentamos jugar con inteligencia. ¿El resultado? Un par de penetraciones de uno contra todos y un tiro libre metido ¿de 6?. Pero mientras tanto cogimos un rebote, ganamos una lucha, ellos fallaron alguna ... y ganamos. Pero porque cuadró. Si llegamos a perder, no habría sido injusto. Sí, Ángel, sí: fue reñido.

Aún así, lo pasamos bien, y eso se notó en algunos jugadones épicos: como el contraataque en el que Coki decidió pararse en la línea de 3 en vez de continuar hacia la canasta (donde no había nadie defendiendo) y Óscar tuvo que galopar desde medio campo para culminar. O la carga de la brigada ligera de Xan cuando oyó que le iban a dar el cambio y lo que hizo fue cambiar ... los dos puntos de la canasta por un trozo de pulmón.

Aunque el mejor momento, para variar, después del partido

domingo, 12 de marzo de 2017

Amenaza 46 - Red Skins 38

Así me veía antes del partido
Todos sabemos lo bonito que es levantarse con la ilusión de ir a jugar un partido, ¿verdad? Esa sensación de fuerza interior, de seguridad en tí mismo, esa fuente de energía inagotable que te lleva a pensar que puedes volar sobre la cancha. Pues hoy no era ese día. Ni de lejos. Con fiebre y escalofríos, tenía más pinta de ser de esos días en los que te arrastras por la cancha buscando una razón para ir detrás de un balón que se mueve demasiado rápido.

Pero no importa, porque tenía total fe y confianza en el resto del equipo, y allí estaban, valientes y dispuestos: Caki, Marco, Ángel, Pablo, Óscar y Javi. ¡Vaya tropa! Estaba claro que alguno más habría venido bien, pero entre cocidos y otras razones era todo lo que había (y gracias). Y no pintaban nada bien las cosas teniendo en cuenta el poblado banquillo de Red Skins. Iba a tocar sudar, y mucho. Por lo menos los tamaños estaban medianamente equilibrados, y eso siempre es deseable.

Como ya pronosticaba en la previa, el partido se movió bastante por el barrillo. No hubo lugar para lucimientos. Tirando de topicazos, podríamos decir que ganó el menos malo. El comienzo fue perfecto: reunión en el banquillo, estrategia clarificada y saltamos al campo en perfecta formación. Ahora bien, en cuanto se puso el balón en movimiento, la cosa se fue un poco al traste. Nos costaba un mundo meter balones dentro, los tiros fáciles no entraban y ellos tenían un punto de presión con una defensa incómoda que nos estaba poniendo picajosos. Resultado: cada uno a la guerra por su cuenta, o como dicen el fútbol, "tiempo de individualidades".

No nos fue del todo mal, porque ellos tampoco estaban haciendo un gran partido y nuestra defensa estaba bien cerrada y también parecía que estaba tocando las narices. Igualdad total, creo que no hubo diferencias de más de tres o cuatro puntos. En algún momento parecía que las penetraciones y los balones a nuestros pívots empezaban a funcionar, pero un par de triples de Rober trajeron las tablas otra vez hasta el descanso, con dos puntos a nuestro favor.

Amenaza, defendiendo al inicio de la segunda parte
En la segunda parte siguió la empanada. El salto inicial acabó, no sé muy bien cómo, con Miguel solo debajo del aro sin un mínimo amago de defensa por nuestra parte. El más cercano debía de estar a siete metros y sin amago de ir a defender. Yo creo que Miguel llegó a dudar de si estaba atacando el lado correcto de la cancha. El partido se puso más trabado aún, y a los hechos me remito: Óscar en el banquillo por tres faltas en el primer tiempo, Red Skins en bonus a los cinco minutos de segunda parte y dos antideportivas en menos de dos minutos (que desde mi posición no lo fueron). Aunque el partido no fue bronco, tanta interrupción acabó marcando un poco el ritmo.

Ellos subieron una marcha física con su presión defensiva, obligándonos a subir el balón con apoyos y su presión ofensiva con contraataques rápidos a los que nos costaba llegar. A cambio, intentamos seguir moviendo el balón, meter balones dentro y de ahí llegaron nuestros puntos en juego, aunque fueron los tiros libres los que nos mantuvieron a flote y los triples nuestra asignatura pendiente.

Y así, manteniendo diferencias mínimas, llegamos al final del partido. Un par de acciones acertadas nuestras y alguna buena defensa nos permitieron llegar con cuatro puntos de ventaja a los dos últimos minutos. Todo un lujazo después de cómo había ido el partido. En ese momento se impuso la cabeza fría, la mano firme en los tiros libres y en los últimos instantes un par de contraataques que dejaron un resultado un tanto engañoso para lo que realmente fue el partido.

En fin, que me quedo con la victoria, realmente importante para poder levantar un poco la cabeza. Bueno, y con los kilómetros que Javi se tenía que hacer para recibir cada balón. Y con la primera canasta de Óscar, en un arrebato de pura rabia. Y con esta penetración de Caki esquivando contrarios a lo Catherin Zeta-Jones en La Trampa. Y con el modo berserker de Ángel cuando se cansa de circular y se lanza hacia las filas enemigas. Y con el tabique de Pablo, un tipo que juega echándole narices al asunto. Y con la gran cantidad de "peladas" de Marco, que llegaron a ser ... ¿dos?.

Ahora en serio, realmente me quedo con las cañas de después, el único momento en que no me temblaron las rodillas.

sábado, 11 de marzo de 2017

Comienza la tercera ronda

Hay que ver como pasa el tiempo, ¿verdad? Hace nada estábamos tranquilamente con nuestras pelotitas de minibasket intentando adivinar por qué no se podía botar con las dos manos y ahora aquí estamos: a punto de comenzar la tercera vuelta de esta nuestra liga.

Bueno, hay que tener en cuenta que nos falta un partido de la segunda, pero tiene que ver con cosas que no han cambiado desde que jugaba a mini: la vergüenza de las canchas de Balaídos. Como creo que se ha escrito más que suficiente sobre este tema, voy a hacer un Theoden: "I will say no more".

Resulta curioso ver la entrada anterior del blog, que ya tiene su tiempo, y ver cómo han cambiado las cosas. Precisamente habla de un Amenaza vs. Red Skins, concretamente en el que el año pasado nos jugamos el subcampeonato. Mientras tanto, Marrjajos ya se había aburrido de disfrutar de su victoria y UVigo luchaba por no descender en la última jornada. Basket Hound, en segunda, pensaba en la copa.

Amenaza y Red Skins, en el barrillo
Sí que han cambiado las tornas, sí. Hoy tenemos a los universitarios campando a sus anchas por el liderato mientras indios y fantasmas se revuelcan en el barrillo como cochino jabalí, ya desahuciados por muchos.

Pero bueno, todos sabemos como son estas cosas, y un día de estos empiezas a juntar gente, se te pone la mano tonta y le ganas al más pintado, así que aún queda mucho por decidir. Y teniendo en cuenta que aún tenemos que jugar todos contra todos y las diferencias en la tabla son más bien escasas, yo creo que esto se va a poner interesante.

De momento, partido muy importante mañana, increíblemente en el Berbés entre dos equipos que difícilmente van a sorprenderse. Ya todos sabemos donde están los kilos, los cañoneros y los correcaminos, así que la clave estará en el equilibrio de fuerzas.

Y cuando se trata de la fuerza, al menos en teoría, algo sabemos, aunque sea del reverso tenebroso