lunes, 4 de marzo de 2019

Amenaza 25 - Mar Ibérica 47

No sé muy bien qué se les pasaría por la cabeza a los de Mar Ibérica cuando vieron aparecer, no mucho antes del inicio del partido y cuando ellos ya estaban todos allí, a un único fulano de Amenaza, que además venía un poco pálido y con escalofríos. Bueno, sí lo sé, porque hablando con ellos tenían dudas de que apareciésemos: al fin y al cabo, ya estábamos abocados al play off de descenso antes de empezar.

Pero en el fondo nos gusta esto, así que siempre conseguimos presentarnos, unas veces con más exito que otras. Y esta fue de las que se salvó por los pelos. El rostro pálido era JB, al rato aparece Xan, un poquito más tarde Simón. Y Pablo y Caki ya están en la puerta del pabellón. Pero de otro pabellón. Momento de crisis que se soluciona gracias a la intervención de las únicas capaces de poner orden en este grupo. Ya estamos cinco, así que podemos empezar. Luego llegaría Ángel, otro salvado in extremis de un pabellón vacío.

Nos doblan en número, en tamaño y en velocidad. En edad los doblamos nosotros, y a copas habría que verlo, así que vamos a pasar un buen rato. Empezamos con bastante energía, y aunque en la zona nos cuesta mucho pararlos, atacamos bien las líneas de pase e conseguimos, hasta cierto punto y dadas las circunstancias, cerrar el rebote. Simón y Pablo bregan como gladiadores cada balón y el esfuerzo da sus frutos.

En ataque, ante la defensa individual intentamos atraer a sus hombres altos fuera de la zona para poder forzar penetraciones y buscamos los bloqueos para los tiros medianamente liberados. La primera se cobra dos lesionados: Xan con un tirón y su pívot más alto con un mal apoyo (esperemos que no haya sido nada). Eso nos hace jugar con un poco más cuidado, pero el ritmo no baja. Entra algún 2+1, algún rebote de ataque afortunado, algún triple-pedrada, y aunque la sangría en nuestra zona sigue, al mantener a raya los contraataques llegamos al descanso sólo 3 abajo: 21-24

En la grada, algún representante de UVigo. ¿Es preocupación eso que se les ve en la cara? Si ganamos, les toca play off de descenso. El inicio de la segunda parte despeja los temores: un par de contraataques por velocidad tras ganarnos el rebote ponen a prueba nuestras costuras. Y al poco, Simón, nuestro Gladiator particular, rompe fibras y tiene que irse a casa. Lo echaremos de menos. Tiene que salir Xan. El panorama es desolador: cansados y con uno a medias. Pero aquí no se arredra nadie, así que seguimos jugando.

Claro que ya no es lo mismo: al ir justito de fuerzas los tiros ya no entran y cada rebote es un contraataque porque no llegas a la defensa. Cuatro puntos de Amenaza, los cuatro de Pablo, en toda la segunda parte. Mar Ibérica, en un gran gesto de deportividad, incluso se ofreció a jugar con cuatro. De hecho, levantaron el pie antes de acabar, porque nos podían haber caído 40 sin problemas. Hay que darles la enhorabuena por arrebatarle merecidamente la liga regular a unos Centolos que parecían imparables.

Nosotros nos fuimos contentos. No nos jugábamos nada, pero dimos todo lo que teníamos dentro y hasta con algo de acierto mientras el aire duró. Ahora se abren nuevos horizontes para Amenaza: un play off de descenso que nunca jugó y del que ilustres miembros de la liga ya salieron escaldados. Seguiremos informando

Hippo Talleres 47 - Amenaza 59

Después de ganar a Balbi yendo cinco pelados, tocaba seguir el tortuoso camino hacia el play off de ascenso. 1 machada done, 2 more to go. Y la machada del día era nada más y nada menos que remontar el average que teníamos perdido con Hippo. Total: 22 puntitos de nada. El objetivo real era más bien ganar de uno, pero por apuntar alto que no quede, que de aterrizar siempre hay tiempo.

Todos sabemos lo que nos jugamos, así que se ven convocatorias nutridas por ambos lados, claramente favorecidas por ser última hora de un domingo por la tarde sin demasiados alicientes. Teníamos a Xan, a Cami, a Ángel, a Caki, a Dani, a JB, a Pablo, a Óscar, a Javi y, por fin, después de su largo exilio, a Pableto. Casi ni había sitio en el banquillo.

Y nos lanzamos a la pista. A veces pienso que si vemos muchos cambios nos relajamos y vamos como a medio gas. Tardamos un montón en carburar, y aunque movemos bien el balón en ataque, no conseguimos tiros cómodos. En defensa nos posicionamos bien para cerrar el rebote, pero nos falta hambre para salir a los tiros y dejamos muchas canastas fáciles. Así que sobrevivimos a base de las acciones individuales de turno y nos vamos al descanso casi en tablas. 21-22. Está claro que nos quedamos con que algo de 22 había que hacer.

En la segunda parte cambiamos un poco el chip y abrimos el campo hacia las esquinas, consiguiendo buenas sobrecargas y tiros liberados del otro lado. Empezamos a coger ventajas sobre los ocho puntos, que ya no soltaríamos hasta el final. En las últimas jugadas, hacen faltas para llevarnos a los tiros libres, pero estamos acertados y aumentamos un poco la ventaja.

12 arriba al final. Está claro que no llega al nivel machada, pero nos deja aún con alguna opción.