martes, 20 de noviembre de 2018

Amenaza 52 - UVigo Basket 29

¡Ángel, nuestro blog es éste!


Y después del aviso a navegantes, vamos al tajo. Bueno, en vez de al Tajo realmente vamos a Teis, que es lo más parecido que tenemos en esta nuestra liga. Una liga que este año está realmente revuelta. Da la sensación de que ya nada es como antes. Se demuestra cuando Amenaza presenta más efectivos para un partido de UVigo. Se hace raro. Con Xan, Caki, Marco, Camilo, Ángel, Dani, Pableto, Javi y JB el banquillo parece una fiesta. Tanto que nos cambiamos el vestido y estrenamos el color naranja. A mí me gusta más el negro, pero la gestión de Óscar ha sido estupenda y el naranja nos favorece también, destacando especialmente nuestros rasgos apolíneos.

Equipación naranja de Amenaza
 Saltamos al campo. Balón al aire. Queda dividido. Caki se lanza a por el rechace. JB lo pilla a medias con un rival. Vuelta a empezar. Balón al aire. Queda dividido. Caki se lanza a por el rechace y esta vez sí lo pilla. Empezamos atacando nosotros. Y por primera vez esta temporada, empezamos jugando. Porque hasta ahora nuestros inicios habían sido desastrosos, pero esta vez cerramos el rebote desde el primer minuto y hasta defendimos por momentos. Supongo que sería el miedo a los gritos de Pableto.

La intensidad da sus frutos y empezamos con un 7-0. Alguno dirá que empezando así y viendo el resultado final fue un partido fácil ... pues no. Ellos empezaron a carburar y pronto se pusieron a tiro. Es cierto que siempre estuvimos por delante en el marcador, pero nunca por mucho, probablemente el 7-0 inicial fue la máxima ventaja. Eso sí, manejamos bien los cambios, sin hacer tres a la vez como tenemos por costumbre. Y ajustamos la zona a sus tiradores, que no es fácil. Aún así, cuando movían mucho el balón conseguían descolocarnos y meter balones a sus pívots en situaciones de ventaja.

De nuestro lado, Camilo hacía daño por velocidad y el juego de dentro-fuera de Javi y Pableto también descolocaba a su defensa. Mantenemos la ventaja casi hasta el final de la primera parte, donde dan un arreón y se ponen a dos. Una canasta in extremis de Caki pone un 23-18 al descanso.

La reanudación se juega  en campo neutral, con intercambio de canastas. Seguimos por delante, pero cada vez por menos. Incluso tienen un triple para empatar el partido, con 30-27 o algo así. A partir de ahí, el partido se desboca. Entre que subimos la intensidad defensiva para llegar a los pases, que tenemos más cambios y estamos más frescos, y la mala suerte en algunos lances (fuera de banda pisando, pases que se pierden) UVigo sufre un cortocircuito. Con Javi como referencia en la pintura y en anotación vamos cogiendo ventaja mientras ellos no consiguen anotar.

Y a falta de cinco minutos, con 7 de ventaja, Cami roba el balón y se lanza al contraataque, que se corta con una antideportiva del último defensor. El tiempo corrido hace que la remontada sea más complicada, y después del tiro libre de Cami viene un triple de Pableto. Y otro de Ángel. Y una más de Javi. Ellos tienen que jugar ya a la desesperada con una individual presionante en la que Caki se mueve como pez en el agua y anota con fluidez. Parcial de 20-0 y resultado que no se asjuta a lo que ocurrió realmente sobre la cancha.

Eso sí, tuvimos buenas sensaciones, hubo las primeras cañas post-partido de la temporada y podemos decir que nos divertimos. A seguir así

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Alcume Basket 54 - Amenaza 55

Tarde de domingo con alerta por temporal. Para salir de debajo de la manta y abandonar la comodidad y el calor del sofá te tiene que gustar el baloncesto. Si no, no se explica. O que me lo expliquen Marco, Caki, Xan, Simón, Ángel, Camilo, Pablo y JB, que eran los que estaban como clavos en Teis a golpe de seis de la tarde.
Baloncesto y sofá, la combinación perfecta
Y no éramos los únicos, porque Alcume también tenía una nutrida representación. Equipo recién llegado a la categoría, el último precedente de enfrentamiento se remonta a la copa del 2017, donde sudamos de lo lindo para doblegarlos. Viendo alguna cara nueva y los marcadores que venían haciendo, se intuía un choque complicado.

Pero una cosa es que se nos complique el partido y otra que nos pasen por encima. Y al inicio fue básicamente lo que pasó. Unas defensas (por llamarles algo) desastrosas hicieron que en los primeros ataques anotasen mínimo tres puntos en cada visita a nuestra zona, cuatro de vez en cuando por no cerrar el rebote tras el tiro libre. Éramos lo que se suele llamar "unas madres".

En ataque no hicimos grandes alardes, pero los tiros iban entrando (incluido el tradicional tiro de Kaki a media distancia en la primera jugada por si no vuelve a ver el balón), así que a mediados de la primera parte ya teníamos un marcador decente, que proyectaba 60 puntos al final. Eso puede llegar a estar bien si la proyección de tu rival no es de 90. Gritos, arengas, que si hay que bajar el culo, que si hay que hablar. Pues eso, que nos pusimos a defender, por ratos en individual, y detuvimos un poco la sangría. Llegamos al descanso seis o siete abajo, pero con la sensación de volver a estar en el ajo.

De hecho, en la segunda parte arrancamos bien. Con Kaki abierto para agrandar el campo, las penetraciones de Pablo, las arrancadas de Camilo y las medias vueltas de Javi hacen que el marcador se vaya entonando. Más atentos en el rebote, estirando el brazo para molestar en los tiros, también detenemos la sangría en nuestra zona, así que empatamos el partido. Pasamos un rato en un tira y afloja y hasta parecía que íbamos a coger algo de ventaja. Pero no: volvimos a liarnos con precipitación en ataque y desajuste en defensa.

Tiempo muerto. Patada a la pizarra y todos atentos al sudor del suelo: "el que esté en el lado débil que ajuste la posición de forma que el del medio pueda recuperar el lado fuerte mientras el del otro lado sube". Volvemos a la pista. Alguien pregunta por lo bajo: "¿eso era en defensa o en ataque?"


Al acabar el tiempo muerto
Y con estas nos plantamos a 2:37 para el final y 8 puntos abajo en el marcador (40-48). Pinta mal. Miro hacia Xan con incredulidad. No puede ser que perdamos estando él. Cami se lanza a la aventura, triple en suspensión y dentro. Hay partido. En la siguiente jugada Pablo asume el triple: dentro. Miro de nuevo a Xan. Puede que el talismán funcione. Ellos no se arredran y van sumando en los tiros libres. A Javi no le quema el balón: canasta y libre. Ellos anotan otro libre. Tiro fácil para Kaki debajo del aro. ¡Falla! ¡¿Quién ha fichado a este tío?! Vuelvo a mirar a Xan y parece tranquilo. Pero perdemos de 1, faltan 7 segundos y sacan ellos. Pedimos tiempo muerto. Nos lo dan ... y luego nos lo quitan, pero esos 10 segundos sirven para aclarar ideas. Robo de balón. Le llega a Kaki y tras cuatro pasos y dos faltas ... ¡anota!. Yo siempre confié en él. Uno arriba (55-54) y aprovecho para frotar un décimo de lotería en la camiseta de Xan sin que se entere.

Primera victoria del año tras una gran remontada y mucha suerte. Un montón de lecciones aprendidas: la ley de la ventaja, la ley de verticalidad, la ley de adjudicación temporal de tiempos muertos ... me río yo del Supremo y de las Móstoles. Ahora a continuar la racha y esperar que vuelva Óscar. ¡Ánimo machote!

Consultando el reglamento en el banquillo

domingo, 4 de noviembre de 2018

Amenaza 48 - Centolos Puño de Amura 65

El pabellón de Bembrive está muy bien, pero empiezo a pillarle un poco de manía. Me volví a perder y me tocó dar vueltas con el coche como una mona, pero llegar de último al partido tiene sus ventajas, y una de ellas es poder saludar de una sola vez a Caki, Marco, Ángel, Cami, Simón, Óscar, Nando y Pablo. Ni siquiera un puente de cuatro días es capaz de mermar la ganas de jugar de este equipo. Aunque creo que el que más ganas tenía estaba en la grada: ¡ánimo Pableto, te estamos esperando!

Del otro lado sí parecían haber hecho más mella los festivos, y la habitual marea negra de Centolos estaba reducida a siete efectivos. Eso sí, grandes y compensados. La consigna clásica de correr porque somos más no nos dura demasiado rato: empezamos con un parcial de 4 a 0 cimentado en el buen hacer de nuestros Caki y Cami, pero fue un espejismo.

Ellos empezaron a meter balones a la pintura, donde había una clara diferencia de tamaño. A pesar de que defendimos bien a sus pívots, metieron muchos puntos directos y a patir de las ayudas aprovechaban las ventajas  para sacar el balón hacia afuera o hacer circulación interior. Vamos, que nos hicieron pupita. En cancha de ataque tampoco teníamos las ideas demasiado claras, y perdíamos balones en pases demasiado complicados.

No todo eran malas noticias, Cami y Caki seguían con su cuenta anotadora, Simón abría la veda del triple y las fajadas de Pablo, Óscar y Nando permitían hacer algún hueco en la defensa. Claramente insuficiente, llegamos al descanso al así como 21-29 y con malas sensaciones.

La reanudación no mejora el panorama: nos centramos en las ayudas interiores para defender a los pívots, y acaban en pases exteriores y festival de triples. Creo que el número 2 sólo nos metió seis. Asi no hay manera, y en pocos minutos nos vemos 17 abajo.

No bajamos los brazos, y llegan nuestros mejores minutos. Conseguimos meter balones a Óscar en buena posición para anotar, robamos balones y corremos contraataques, cae algún 2+1 que otro. Cambian a defensa individual y aprovechamos las ventajas por velocidad para acercarmos un poco más. Esto nos lleva a remontar relativamente y ponernos a 9 puntos a falta de 9 minutos: el famoso límite teórico de punto por minuto estaba a tiro.

Pero nos quedamos otra vez  sin ideas en ataque, fallamos un par de acciones fáciles y ellos responden de nuevo con su combinación de balones interiores y triples tras la ayuda. Adiós espejismo de remontada y otro chasco para la buchaca. La liga es muy larga y un mal partido lo tiene cualquiera, pero no sé yo si Centolos va a tener rival este año. De todas formas, siempre es un placer jugar con ellos y les estaremos esperando para la siguiente vuelta.

Ahora a pensar en ir anotando nuestra primera victoria, y nos queda el consuelo de que somos más listos que el tipo que diseñó el vestuario del pabellón y puso los colgadores al revés.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Ouxo Bouzas 46 - Amenaza 40

Tocaba enfrentarse a uno de los equipos nuevos de la categoría, que completaba su periplo por todas las categorías de Vigo en Xogo desde tercera hasta primera, donde parece que se quieren asentar. Como nos los conocíamos, Kaki y yo nos sacrificamos por el equipo e iniciamos el scouting previo con un par de semanas de antelación. ¿Dónde? Evidentemente, en la tapería Ouxo de Bouzas. ¿Que no sabíais que era un bar? Pues ahora ya lo sabéis, así que si estáis por Bouzar, pasaos a tomar una caña y decid que conocéis el equipo, a ver si revalorizamos los patrocinios. Hay que decir que las cañas muy bien, pero del equipo no sacamos nada en limpio.

Imagen en exclusiva del scouting
Así que nos plantamos en nuestro archiconocido pabellón de Teis, a golpe de sábado por la tarde, con una convocatoria bastante respetable: Caki, Marco, Dani, Ángel, Pablo, Óscar, Javi, Nando y JB. Mención especial a Marco que, aún convaleciente, vino de apoyo moral.

Lo que no fue especialmente respetable fue nuestro inicio. De hecho, fue bastante parecido al del partido anterior, es decir, la clásica empanada de inicio de temporada. Y como el partido anterior, tuvimos que vivir de individualidades para sobrevivir: un par de penetraciones de Kaki y dos triples seguidos de Ángel nos mantienen en el partido. Tampoco los chichos de Bouzas andaban demasiado afinados, así que la primera parte acabó sin pena ni gloria, con un 17-18 que recordaba demasiado a la derrota del fin de semana anterior.

En el descanso aprovechamos para subrayar lo que era bastante obvio: no nos entraban los tiros, no éramos capaces de meter balones a la pinturay no defendíamos bien el contraataque. Y a ello nos pusimos en la segunda parte: Javi y Óscar empezaron a anotar desde dentro, Pablo afinó puntería, empezamos a cerrar y coger rebotes, y la cosa se ponía bastante de cara. Sin pasarse, claro, que estamos hablando de seis puntos de diferencia.

Y todos sabemos que eso en baloncesto se escapa como el agua de las manos. Dicho y hecho: dos minutos en las pavías y ya estábamos pegados otra vez. Pavías del tamaño de contraataque tras lucha en nuestra zona de ataque. Despiste de patio de colegio.

Llegando al final, Ouxo entrega la zona en ataque. De hecho, acabó con más faltas Caki que todos nuestros pívots juntos. Y desde fuera, hacen daño, con dos triples perfectamente defendidos, de esos en que Javi casi roza el balón pero que aún así acaban entrando. En ataque no tomamos buenas decisiones y aunque la presión hace que recuperemos balones en los momentos candentes, elementos dentro y fuera del reglamento hacen que no podamos culminar.

Llegamos al final intentando hacer faltas para mandarlos a los tiros libres, pero no es suficiente para remontar. Sólo resta felicitar al Ouxo por el estreno de su casillero de victorias en primera división y esperar que sean muchas más. Eso sí, contra otros.