A ver cuántos hay cuando toque madrugar |
A mediados de la primera parte empezamos a conectar bien los pases, a aprovechar la abundancia de efectivos para tener siempre gente fresca y el resultado se empezó a decantar a nuestro favor. Sin estridencias, eso sí, tal vez seis o siete arriba al descanso. En la reanudación salimos entonados, ellos cambian su defensa a zona y aprovechamos para mover el balón hasta los extremos y encontrar opciones desde ahí. Nos ponemos 14 o 15 arriba, 22-37 o algo así. Pinta bien.
Y de repente, la pájara. Cuando deberíamos de ir cuesta abajo, parecía que estábamos en las rampas más duras del Mortirollo. No quiero quitar mérito a su defensa individual presionante, pero nuestros pases directamente fuera, nuestros tiros fallados debajo del aro, nuestras penetraciones de uno contra cinco fueron para ponernos a hacer flexiones hasta la extenuación. Mención especial al uno contra todos de Caki justo después del tiempo muerto en el que hablamos de lo que no había que hacer.
Tocaba sufrir, y mucho. Especialmente cuando se pusieron uno arriba. Al final templamos un poco los ánimos, jugamos con un poco de cabeza y el acierto en los tiros libres hizo que nos llevásemos el partido. Partido muy meritorio de Balbi, que nunca perdió la cara al partido ni bajó los brazos. Seguro que no estarán de últimos en la clasificación mucho tiempo.
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