Imagen en exclusiva del scouting |
Lo que no fue especialmente respetable fue nuestro inicio. De hecho, fue bastante parecido al del partido anterior, es decir, la clásica empanada de inicio de temporada. Y como el partido anterior, tuvimos que vivir de individualidades para sobrevivir: un par de penetraciones de Kaki y dos triples seguidos de Ángel nos mantienen en el partido. Tampoco los chichos de Bouzas andaban demasiado afinados, así que la primera parte acabó sin pena ni gloria, con un 17-18 que recordaba demasiado a la derrota del fin de semana anterior.
En el descanso aprovechamos para subrayar lo que era bastante obvio: no nos entraban los tiros, no éramos capaces de meter balones a la pinturay no defendíamos bien el contraataque. Y a ello nos pusimos en la segunda parte: Javi y Óscar empezaron a anotar desde dentro, Pablo afinó puntería, empezamos a cerrar y coger rebotes, y la cosa se ponía bastante de cara. Sin pasarse, claro, que estamos hablando de seis puntos de diferencia.
Y todos sabemos que eso en baloncesto se escapa como el agua de las manos. Dicho y hecho: dos minutos en las pavías y ya estábamos pegados otra vez. Pavías del tamaño de contraataque tras lucha en nuestra zona de ataque. Despiste de patio de colegio.
Llegando al final, Ouxo entrega la zona en ataque. De hecho, acabó con más faltas Caki que todos nuestros pívots juntos. Y desde fuera, hacen daño, con dos triples perfectamente defendidos, de esos en que Javi casi roza el balón pero que aún así acaban entrando. En ataque no tomamos buenas decisiones y aunque la presión hace que recuperemos balones en los momentos candentes, elementos dentro y fuera del reglamento hacen que no podamos culminar.
Llegamos al final intentando hacer faltas para mandarlos a los tiros libres, pero no es suficiente para remontar. Sólo resta felicitar al Ouxo por el estreno de su casillero de victorias en primera división y esperar que sean muchas más. Eso sí, contra otros.
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