El pabellón de Bembrive está muy bien, pero empiezo a pillarle un poco de manía. Me volví a perder y me tocó dar vueltas con el coche como una mona, pero llegar de último al partido tiene sus ventajas, y una de ellas es poder saludar de una sola vez a Caki, Marco, Ángel, Cami, Simón, Óscar, Nando y Pablo. Ni siquiera un puente de cuatro días es capaz de mermar la ganas de jugar de este equipo. Aunque creo que el que más ganas tenía estaba en la grada: ¡ánimo Pableto, te estamos esperando!
Del otro lado sí parecían haber hecho más mella los festivos, y la habitual marea negra de Centolos estaba reducida a siete efectivos. Eso sí, grandes y compensados. La consigna clásica de correr porque somos más no nos dura demasiado rato: empezamos con un parcial de 4 a 0 cimentado en el buen hacer de nuestros Caki y Cami, pero fue un espejismo.
Ellos empezaron a meter balones a la pintura, donde había una clara diferencia de tamaño. A pesar de que defendimos bien a sus pívots, metieron muchos puntos directos y a patir de las ayudas aprovechaban las ventajas para sacar el balón hacia afuera o hacer circulación interior. Vamos, que nos hicieron pupita. En cancha de ataque tampoco teníamos las ideas demasiado claras, y perdíamos balones en pases demasiado complicados.
No todo eran malas noticias, Cami y Caki seguían con su cuenta anotadora, Simón abría la veda del triple y las fajadas de Pablo, Óscar y Nando permitían hacer algún hueco en la defensa. Claramente insuficiente, llegamos al descanso al así como 21-29 y con malas sensaciones.
La reanudación no mejora el panorama: nos centramos en las ayudas interiores para defender a los pívots, y acaban en pases exteriores y festival de triples. Creo que el número 2 sólo nos metió seis. Asi no hay manera, y en pocos minutos nos vemos 17 abajo.
No bajamos los brazos, y llegan nuestros mejores minutos. Conseguimos meter balones a Óscar en buena posición para anotar, robamos balones y corremos contraataques, cae algún 2+1 que otro. Cambian a defensa individual y aprovechamos las ventajas por velocidad para acercarmos un poco más. Esto nos lleva a remontar relativamente y ponernos a 9 puntos a falta de 9 minutos: el famoso límite teórico de punto por minuto estaba a tiro.
Pero nos quedamos otra vez sin ideas en ataque, fallamos un par de acciones fáciles y ellos responden de nuevo con su combinación de balones interiores y triples tras la ayuda. Adiós espejismo de remontada y otro chasco para la buchaca. La liga es muy larga y un mal partido lo tiene cualquiera, pero no sé yo si Centolos va a tener rival este año. De todas formas, siempre es un placer jugar con ellos y les estaremos esperando para la siguiente vuelta.
Ahora a pensar en ir anotando nuestra primera victoria, y nos queda el consuelo de que somos más listos que el tipo que diseñó el vestuario del pabellón y puso los colgadores al revés.
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