martes, 20 de marzo de 2018

Centolos Puño de Amura 53 - Amenaza 37

Y después de una serie de placenteras jornadas de domingo por la tarde, en las que te da tiempo de disfrutar del fin de semana, comer tranquilo y jugar cuando el cuerpo ya está listo, tenía que llegar en algún momento. Y llegó: partido en Teis a las 9 de la mañana. Habrá gente a la que le guste, pero mi cuerpo a esas horas no está para el deporte.

Sabíamos que ese horario iba a hacer mella en la convocatoria, y eso se nota en las decisiones. Para empezar, al no estar Xan, no teníamos claro cuál iba a ser el equipo titular. Tras un par de titubeos, salimos al campo Camilo, Marco, Pableto, Óscar y yo. Pableto, como siempre antes de saltar a la cancha, se gira para chocar la mano de los que quedan en el banquillo. Se da la vuelta pronto, porque no queda nadie a quien chocar la mano. Cinco justitos para empezar el partido. Y gracias. . Enfrente, la cetárea al completo. No voy a decir que todos, porque a todos no los conozco, pero en un repaso rápido no me echo en falta ninguna cara.

Nos queda claro que tenemos que jugar nuestras opciones: llegar a los tiros, vigilar las faltas y mover el balón el ataque. Lo que no me quedó nada claro fue como hicieron para arrasarnos en el inicio del partido. Quiero pensar que fue porque estábamos fríos, pero calentamos lo mismo que ellos. El caso es que nos echufaron seis triples seguidos sin fallos. Seis. Y no todos liberados. Luego un tiro libre. La primera canasta de dos debió de llegar a los siete minutos y fue una pedrada a tablero. Supongo que están tan acostumbrados al 6.75 que se acercan y no miden la fuerza.

Ahí debajo estábamos en el minuto 7
Y mientras tanto, nosotros estamos muy imprecisos, con poco movimiento de balóny tiros que no entran. Así las cosas, el parcial de inicio es 21-4. Debió de ser más o menos en ese momento cuando Rubén hizo esa entrada triunfal por la grada de Teis que tanto le gusta últimamente. Poco le debió de faltar para darse la vuelta.

Pedimos tiempo y nos serenamos un poco. Cambiamos la defensa 3-2, que estaba haciendo aguas, por una 2-3 con los dos de los lados muy abiertos y Rubén en el centro de la zona. Esto ya es otra cosa: la defensa carbura, llegamos a los tiros, intimidamos en la pintura y cerramos el rebote. Esto da opción a que Camilo pueda hacer algún contraataque, dándonos puntos y aire. Rubén empieza a horadar la zona y, aunque los tiros libres nos lastran, los puntos llegan. Óscar y Marco hacen circular el balón y su defensa pierde colocación.

Empiezan a fallar algún triple por fin y nos acordamos de algo: ¿no teníamos un tipo que metía triples como churros? ¡Sí, tenemos! ¡Pableto, haz lo tuyo! Y con dos triples seguidos nos ponemos a cinco. Hay partido señores, hay partido. El tercer triple seguido ya no quiere entrar y en la última jugada antes del descanso Rubén hace la cuarta falta y con sus dos tiros libres nos vamos siete abajo a descansar. 25-18 o algo así. Todo un éxito teniendo en cuenta como empezamos, pero el no culminar la remontada nos dejó un poco tocados.

Después del descanso volvemos a sacar el equipo titular, pero de nuevo salimos fríos y vuelven a aumentar ventaja en el marcador, esta vez a base de pases interiores y a descolocar nuestra defensa. Otro tiempo muerto y buscamos otro arreón. Lo encontramos de nuevo en contraataques de Camilo ¡y de Pableto!, en asistencias de Rubén a Marco debajo del aro, en rebotes en ataque de Óscar y en una defensa intensa que no les deja hacer su juego.

Nos ponemos a seis. Sabemos que si llegamos al final apretados vamos a tener nuestras opciones. Pero, como era de esperar, estando seis las fuerzas flaquean tarde o temprano. El cansancio hace mella, aunque yo creo que más en la cabeza que en las piernas. Nos hacen contraataques fáciles mientras protestamos decisiones arbitrales. Nos descentramos. Esto no quiere decir que bajásemos los brazos, pero contra este equipo si no estás a tope, no hay mucho que hacer.

Seguíamos llegando a los tiros, pero incluso llegaron a meter alguno con falta incluida. 3+1 y mazazo a la moral fantasma. Intentamos al menos mantener el tipo hasta el final, y yo creo que lo conseguimos. Me quedo con la parte positiva: si no fuese por el arranque tan devastador podríamos haber llegado al final con muchas opciones. Aún siendo seis. También me quedo, claro está, con lo que disfrutamos el partido: Centolos es un gran rival, de los que gusta tener enfrente aunque te ganen.

Y por ultimo, para ilustrar la entrega de seis tipos de Amenaza que hacen frente a uno de los favoritos al título, tengo que comentar una jugada de Pabletovic. En su proceso de emular a Claver, en un momento dado decidió hacer una defensa presionante en toda la cancha al base rival. Yo no sé muy bien qué pensó el base cuando empezó a perseguirlo. Soy yo y suelto el balón. El resto tampoco sabíamos muy bien qué pensar al verlo correr con una posición defensiva digna de un clnic de Maljković. Qué grande. Y qué grande este equipo.

¡Aúpa, Amenaza!

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