La pretemporada se ha ceñido al plan establecido, tanto a nivel técnico como nutricional, aunque fue necesario realizar una reunión de briefing para refrescar algunos conceptos tácticos un poco oxidados y definir el planning de la temporada regular. Las imágenes dan una idea de la seriedad con la que se trataron estos y otros temas
Y llegó el día de estrenarse en la cancha. Madrugón para empezar: a las 9 de la mañana en el Berbés contra los vigentes campeones. Sabiendo como son nuestros inicios, se veía venir que iba a ser un reto complicado. La convocatoria, a pesar de los recuentos previos, fue muy buena: Caki, Marco, Camilo, Pableto, Pablueno, Óscar, Rubén y el menda: todo un lujo para el primer día. Correcta la convocatoria de UVigo, pero lejos de aquellas aglomeraciones multitudinarias a las que nos tenían acostumbrados.
La ronda de calentamiento comenzó a evidenciar que andábamos algo faltos de rodaje, pero como no apareció policía ni guardia civil para impedirnos botar, Balbino pitó el inicio y allá fuimos. Se notó que no éramos los únicos poco finos, porque empezamos con un parcial de 6-0 que campó a sus anchas varios minutos en el electrónico.
Buenos movimientos de balón, juego dentro-fuera, pocas pérdidas ... hasta ahí bien, pero en el tiro estuvimos poco acertados, tanto desde cerca como desde lejos, fallando esas cosas que normalmente entrarían y que seguro que volverán a entrar. Y con una defensa tan cerrada como la que nos plantearon, un ataque sin acierto en el tiro tiene pocas expectativas de éxito.
En defensa no estuvimos del todo mal, pero tal vez algo despistados en la línea de tres lo cual hizo que poco a poco nos fuesen superando. El tanteador al descanso (14-19 creo) da una idea de que ninguno de los equipos estaba especialmente fino.
El descanso no cambió mucho el equilibrio de fuerzas, ya que estábamos físicamente bastante parejos, pero sí hizo que subiese un poco el acierto e incluso hubo alguna racha de intercambio de canastas en ataques consecutivos, pero evidentemente eso no nos servía de nada. No nos íbamos del partido, pero tampoco llegábamos a volver a entrar. Llegamos al final con opciones, pero concedimos demasiados tiros libres mientras no aprovechábamos del todo los nuestros, así que llegamos al final casi como empezamos el segundo tiempo.
En resumen, contentos por haber empezado otra vez pero con ese sabor amargo que te deja saber que habiendo hecho un poco más, algo de lo que normalmente eres capaz de hacer, el resultado habría sido distinto. Es difícil saber cuánto importa una victoria cuando no está claro el sistema de competición, pero está claro que habrá que espabilar si queremos estar arriba.
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