El domingo amaneció extraño. Sin luz, sin brillo, con el aire espeso y el cielo apagado. Tal vez por el fuego que devoraba el monte. Tal vez porque alguien se había ido.
Sea como fuere, tocaba enfrentarse a Veterinaria Menciña (aka los chavales de SM) en la flamante pista central de Traviesas, y voy a empezar por la pista: un lujazo. Será que aún está presente el infausto recuerdo de Balaídos, pero este parqué me parece de ciencia ficción. Al principio me pareció que en algunas zonas estaba demasiado hueco y se clavaba el balón, pero lo agradecí sobremanera cada vez que mis huesos acabaron en el suelo, y esta vez fueron más veces de las habituales.
El rival no era nada desconocido, aunque me pareció ver alguna cara nueva desde el último partido que nos ganaron hace ya dos temporadas en Teis: equipo ágil y presionante. Resulta irónico que en nuestros caóticos recuentos siempre estamos suspirando por que vengan los grandes, pero esta vez parecía que llegábamos algo cortos de manejo de balón (y de personal). Nos presentamos allí Rubén, Pableto, Óscar, Coki, Dani, Ángel y yo.
Viendo que ellos eran muchos más, sabíamos que iban a presionar a toda cancha, con lo cual íbamos a sufrir para llegar a campo de ataque. Y así fue: nos conjuramos para hacer pases, ir a las esquinas, no botar y esas cosas pero no fue suficiente y cada ataque empezaba como un castigo. Y claro, los robos de balón a esas alturas son contraataque casi asegurado.
En ataque no íbamos mal. Se nota que aún no estamos finos, pero ya empezaron a entrar los triples, ya encadenamos balones interiores, y ya vamos empezando a anotar. Pero el lastre de las pérdidas fue demasiado y llegamos al descanso por debajo, tal vez 19-23.
El descanso llegó a poco, y el inicio de la segunda parte fue demoledor. La gasolina se nos estaba acabando, y ellos empezaron a hacer cambios de balonmano, que además de ralentizar el partido les daban oxígeno. Así las cosas, varios robos encadenados y una racha de tiro triple y libre impecable por su parte nos dejó 17 abajo.
Y eso que si llegábamos con el balón a campo de ataque no lo hacíamos mal: Rubén dominando la zona, Óscar en el juego entre pívots, Coki a media distancia, Ángel al triple, Dani caracoleando ... De hecho, durante un rato que subimos el balon a las cuatro esquinas, jugamos en ataque como sabemos y Pableto hizo una defensa magistral de los contraataques, taponazo incluido, les metimos un parcial de 8-0 que nos volvía a meter en el partido.
Triple de Rubén para ponernos a 6 a falta de cuatro minutos, pero el balón no entró y la gasolina ya sí que estaba en la reserva y no pudimos hacer más. Parece que la primera victoria de la temporada se resiste, habrá que seguir afinando.
Y eso que la derrota acabó siendo la menos mala de las sensaciones de un día de rabia e impotencia en el que vimos como quemaban Galicia delante de nuestras narices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario