De esto que no tienes mucho que hacer un domingo a última hora de la tarde y te vas a Teis a echar un partidillo. Ya lo he dicho muchas veces, pero no me canso de repetir que esta cancha con la tarima nueva es una gozada. Entre el cocido que llevaba entre pecho y espalda (del de comer, no del de beber) y que llegué sobre la bocina me costó ver la convocatoria, pero en la pista se barruntaba la presencia de Marco, Cami, Pablo, Javi, Óscar, Rubén ... ¡y Xan! Si no recuerdo mal, precisamente desde el partido con NeoGeo de la primera vuelta no habíamos vuelto a disfrutar de su presencia. A este paso corre peligro de romper sus estadísticas de venir a más cenas que partidos.
Enfrente, NeoGeo con la convocatoria mínima: cinco valientes. Siempre he pensando que el baloncesto es un poco injusto con este equipo. Ya sé que todos tenemos lesionados, que todos tenemos gente que no puede venir y que todos perdemos partidos por mala suerte en los finales, pero estos chicos se llevan la palma. Por calidad, creo que se merecían estar más arriba.
Pero bueno, que a baloncesto gana el que mete más puntos, y en este caso podemos decir que el partido no tuvo muchas alternativas. Estando cinco no tuvieron más remedio que racionar las faltas: y eso con Rubén en la pintura se paga con muchos puntos debajo del aro. Con la dirección de Xan fuimos capaces de mover el balón de esquina a esquina hasta buscar a Rubén como referencia y desde ahí poder distribuir a los tiros de cerca y bandejas de Javi, a las medias vueltas de Óscar o a los tiros abiertos de Marco.
Por fuera, Pablo y Xan encontraron la senda del triple, y por si esto fuera poco las manos rápidas y contraataques de Camilo nos dieron un extra de aire y puntos. Una última reflexión a lo Stevie Wonder, pero en verso libre: "si te atiborras de cocido, ojo con el baloncesto".
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