sábado, 11 de noviembre de 2017

Amenaza 47 - Centro estudios Lore 49

Soleada mañana de domingo, tal vez un poco fresca, pero perfecta para disfrutar del baloncesto. Y mucho más cuando toca jugar en un pabellón nuevecito como el de Navia: instalaciones modernas, marcador de lujo y pista agradecida para las articulaciones. Esto, y la imperiosa necesidad de digerir el cachopo del viernes, atrae a la pista a un grupillo de fantasmas: Caki, Ángel, Camilo, Pablo, Dani, Pabletovic, Rubén y yo.

Enfrente, una convocatoria mucho más nutrida de gente de Lore. Recién ascendido a la categoría y sin ninguna victoria en su casillero, pero varias caras conocidas nos hacen pensar que no va a ser fácil.

Empezamos el partido con ataques fluidos y buena circulación de balón. Los puntos llegan con bastante rapidez, exactamente con la misma con la que nos los dejamos en el otro lado de la canasta: nuestra defensa en zona hace aguas. Anotan de tres en tres, con varios 2+1 y cuatro jugadores distintos anotando desde el triple. Además, el tremendo trabajo de Rubén y Pabletovic en el rebote no puede evitar sus segundas oportunidades: hay veces que el tamaño sí importa, y en este caso somos más pequeños. Total, que va lo comido por lo servido y llegamos al descanso igualados a 25.

En la segunda parte cambiamos la defensa a individual, y empezamos a carburar mejor. Llegamos a los tiros y dificultamos la circulación de balón, mientras en ataque conseguimos meter balones dentro y los 2+1 empiezan a caer de nuestro lado. Las diferencias no son abultadas, pero llegamos al final con un colchón de 6 o 7 puntos que parecen suficientes para estar tranquilos.

O eso parecía, pero se alinearon los astros y todo lo que podía salir mal, salió peor. Pabletovic de había tenido que ir, y Rubén queda eliminado por faltas. Dos falta más que dudosas, una en ataque y otra en defensa, seguidas de una técnica, les da tres tiros libres y posesión. Los tres tiros libres entran llorando. Sí, los tres. Nuestros tiros libres no entran. Quinta falta de Dani. Se ponen dos arriba a falta de cuatro segundos. Tiempo muerto. Preparamos a conciencia la última jugada, pero Caki no usó la pizarra y el lío acaba en un tiro claro de ocho metros que tendría que haber entrado, pero no entró. Partido perdido por no haber sabido gestionar los minutos finales.

Arranque muy flojo de liga, con tres partidos perdidos por un margen muy escaso, con la sensación de poder haberlos ganado. Con este sistema de competición no es sencillo remontar, pero aún no se ha dicho la última palabra. Nos vemos en las canchas

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