No sé cómo será eso de ir a un partido sabiendo de antemano qué compañeros te vas a encontrar. En Amenaza parte de la emoción reside en la convocatoria, que siempre es una sorpresa. Para el partido contra Fisiomiño se supone que iba a ser relajada, pero en medio de diez minutos se caen nuestros tres hombres más altos, dejando a Teso como único baluarte en la zona. Y para apoyarlo, se presenta la chavalería: Xan, Caki, Marco, Camilo y JB. Seis patas pa un banco.
Fisiomiño también tiene un único pívot, en eso estamos equilibrados, pero tienen una gran convocatoria: poco negro se ve para tanto amarillo. Además jóvenes y lozanos. Va a tocar sudar la camiseta.
Y nos queda claro desde el salto inicial con una defensa individual ajustada. El inicio es un poco atropellado porque no acabamos de ver claro el sistema de ataque, pero sí cerramos bien la defensa y de los rebotes salen varios contraataques perfectamente comandados por Caki y Camilo.
Al cabo de unos minutos lo empezamos a ver claro. Teso a la línea de tres arrastrando a su defensor de dos metros, todos abiertos y Caki al poste bajo. Entre nuestro pívot-alero y nuestro base-pívot se crea una combinación letal. Entre contraataques, buenos tiros e incursiones en la zona de los menos habituales, el tema carbura y nos vamos al descanso con un 25-40, que podría haber sido marcador de final de partido en otras ocasiones.
Al inicio de la segunda parte se nota algo raro. Otras veces se podría decir a la vuelta del descanso, pero como lamentablemente ya no hay, da tiempo para poco más que refrescar la boca. Lo que no parecen refrescarse mucho son las piernas, y el tener un único cambio se empieza a notar.
Suben líneas de defensa y empiezan a presionar la subida del balón. Cuando las piernas fallan, falla también un poco la cabeza y ya no se ven tan claras las líneas de pase. Además, en defensa no llegamos igual a los tiros exteriores y desde la línea de tres nos hacen daño. Se aprieta el marcador.
Llegamos a los últimos minutos con una diferencia menguante de 6 o 7 puntos y la sensación de que va a costar resistir. Tenemos la baza de que su presión acaba en faltas y llegan al bonus. Y desde la línea de tiros libres no perdonamos.
Posesiones que perdemos por no pasar medio campo, por no ver las líneas de pase, por faltas en ataque ... y llega la quinta de Camilo. Apretar los dientes y con ojo. El tiempo corrido del final juega a nuestro favor y nos llevamos el partido a duras penas.
De disfrutar como enanos en la primera parte a sufrir como perros en la segunda. Es lo que tiene que las piernas fallen. A ver qué sorpresa nos depara la siguiente convocatoria, y esperemos que sea Xan con su peineta.
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