Jornada de transición entre el puente y el parón navideño, de esto que parece que no estás ni a una cosa ni a otra y te pilla a pie cambiado. El fin de semana se complica y hay que tirar de cábalas y cambalaches para aparecer por lo menos cinco. Entre los contratiempos que ya conocíamos y el horario que no nos viene nada bien hay que acelerar la recuperación de tres lesionados para ir al menos siete: Marco, Ángel, Cami, Pablo, Coki, Javi y yo.
No parece mal equipo, pero viendo lo que tenemos enfrente la cosa parece complicadilla. No los conté, pero había allí Centolos como para montar una cetárea. Viejos conocidos, en la primera vuelta nos costó un mundo ganarles con el equipo al completo, así que sabíamos que iba a tocar sufrir. Pero también sabíamos que sólo pueden jugar cinco a la vez, así que saltamos a por todas.
La primera parte en general fue un intercambio de golpes, cada uno con sus armas. Por su lado, mucha presión en la línea de pase y robos de balón que les permitían contraataques fáciles. También intentaron el tiro exterior, pero en los primeros compases no estuvieron afortunados. Por el nuestro, se vio la diferencia entre los que salen de una lesión a tope, como Cami, y los que sólo salimos a hacer bulto. Vaya recital de carreras, movimiento de balón y garra en el juego. Javi enorme bajo los aros, peleando en inferioridad de tamaño pero perforando desde la media distancia en cuanto tenía ocasión. Y Pablo, armado de sus reversos, lanzándose sin miedo a surcar la zona a pesar del oleaje. Coki haciendo valer ese parón con la zurda y Ángel tirando de casta en cada jugada. Mención aparte a los tiros libres, con un porcentaje por encima del 90% (creo recordar que sólo fallamos uno)
Así las cosas, hubo 24 minutos de igualdad, con ventajas de dos puntos para ambos equipos. Y digo 24 porque en el último minuto un pase de empanao, que acabó en contraataque, y un tiro liberado hizo que llegásemos al descanso cinco abajo. Mal bagaje para como habían ido las cosas, pero estábamos ahí .
En la segunda parte cambiaron las tornas. Para resumir, se nos fue acabando la gasolina que nos había mantenido en la brecha, y ya se sabe que los Centolos frescos son de calidad. El cansancio hizo que hubiese más pases imprecisos que acabaron en robo y contraataque, que los tiros no entrasen igual y que la diferencia de centímetros y quilos en la zona se materializase en más canastas debajo de su aro y menos rebotes para nosotros.
Poco a poco se fue abriendo brecha, y aunque Marco se unió a la fiesta con algún triple, y Javi seguía imparable desde los cuatro metros, lo cierto es que ya no dimos la impresión de poder remontar el resultado. Derrota justa, average perdido y posición incómoda en la tabla de cara a las Navidades. Eso sí, el año que viene será otra historia.